El Grand Tour

Reflexiones tras un trekking por Els Ports y Matarranya.

No con exactamente las mismas pretensiones pero sí con la misma concepción del viaje romántico, me entrego solo, a mi Grand Tour personal, a mi viaje a pie por la Sierra de Els Ports y Matarranya. ¿Puede haber un argumento más persuasivo?

A mediados del siglo XVIII la juventud artística se lanzó a la búsqueda de la belleza antigua, emprendiendo un viaje iniciático. Marcharon buscando la memoria entre las ruinas de La Ciudad Eterna. Rascando en los muros de siglos de aquella Italia renacentista, persiguieron la erudición y un nuevo modo de concebir el arte. Ellos constituirían la europa romántica y aquel viaje fue conocido como Le Grand Tour.

“¿Por qué caminar?. Caminar es la respuesta. Para mí caminar no es una teoría, caminar no es un material artístico; Tras varios días caminando, tengo la sensación de que pienso con mayor claridad, me surgen preguntas y lucho mentalmente por contestarlas”.

Hamish Fulton

En mi periplo a pie cada imagen observada me cuestiona sobre los misterios de la naturaleza y mis encuentros van convirtiendo mis ficciones en hechos. Las conjeturas alrededor de lo sublime y lo bello encuentran su definición y se ejemplifican en estos territorios de corazón rebelde. De la contemplación de las ruinas y el abandono descodifico mensajes estéticos. Si fuera poeta escribiría una oda brumosa de mañana sobre los pueblos de La Tinnença de Benifassa, o un pareado afilado y conciso como una gubia kárstica del Parrizal.

Aquellos aristócratas, de bolsillo satisfecho y mente abierta, desenterraron al duende del lugar, status divino de un espacio (Genius Loci) y figura ya muy presente en el Renacimiento. La necesidad de fundir toda la esencia de un lugar, y exprimirla en una inspiración metafórica, alcanzó a la música, pintura, poesía, jardinería. A su vuelta aquellas experiencias se transformaron en obras de arte, romances o diarios. A mi vuelta, lo harán en reseco mediterráneo, oasis de sombra y recompensa al final de cada jornada.

Sin ser capaz de dar con ese duende tan acosado y manipulado actualmente, si soy capaz de definir un par de valores: adaptación y presencia genuina. El Grand Tour confirmó en el mundo de los viajes el descubrimiento a pie.

“Poner un pie tras otro adquirió un nuevo significado social y un valor cultural. Ya no se trataba de una actividad únicamente mecánica, física, sino también creativa y artística”.

Beruete, S. (2016):
Jardinosofía. Una historia filosófica de los jardines.

Así me acompañan la marcha solitaria y la reflexión ambulante. Me evado mientras asciendo hacia Penyagalera por la ruta de Estels del Sud hacia Beceite como un flâneur con mis recorridos mentales y mis ensoñaciones, por este mundo de conglomerados y senderos de recodos acechantes. Encuentros repentinos entre mi estado de euforia temporal y el mundo exterior. Pero por encima de todo la soledad del caminante y la introspección tan bien reflejada en aquellas experiencias de viajeros románticos. 

Caminando de vuelta.

El viaje de vuelta podría ser una reflexión durante el retorno y por qué no, una repetición de la primera vez. Abrimos el mapa de nuevo para localizar estos escenarios. El descenso hacia el rio Ulldemó, las vistas sobre Beceite Son varias las ocasiones que me he dejado llevar por este viaje a los Puertos de Beceite. Son lugares donde encajar el afán de evasión, pero también donde concentrar lo máximo en lo mínimo: un referente espacio-temporal en la vista de Roca Morera, una contradicción social en las fronteras del Tossal –que incluso aporta un alias comercial: Ruta de Los Tres Reinos-, la nostalgia de un origen y un pasado para los nacidos en Fredes, Boixar, Vallibona. Estos son los paisajes del Grand Tour que propongo. Y dicho esto, avanzo por un territorio sentimental de recodos, encrucijadas y límites.

 Aunque intento, aunque intentemos que la copia transmitida de cada emoción del sendero, despierte el mismo sentimiento, no es así, nunca será como la percepción original. Abro el interés, como musa de inspiración, al movimiento y pensar romántico.

 “Usted pulse el botón, nosotros hacemos el resto” .

George Estmant (Kodak)

Sendero y Paseo.

De forma regular me enfrento a imágenes en 2 dimensiones, estáticas, como fotografías y dibujos, buscando en su contemplación el significado de sus mensajes. Aparece en su interior la figura del conocido sendero, la referencia. Esta conectará espacios -naturales, arquitectónicos, históricos- con la mirada y sus argumentos, y compensará obsesiones como el reto, soledad, silencio: El Barranco de la Coscollosa, el Refugio de Font Ferrera, bosque de Rafalgueri. El acto de andar y la acepción del paseo como su concepción mental, implica una transformación no física pero sí reflexiva del lugar. En un lenguaje actual, pasear se convierte en la captura, edición y retoque de la experiencia -de la percepción a la interpretación-. ¿Quien fue el último habitante del Mas del Ric? ¿Lo expulso la miseria o el comfort? 

Sobre esto, me gusta especialmente la metáfora que emplea Beruete en su Jardinosofía, asociando un sendero perimetral de un jardín con la costura que unía a este con el paisaje circundante. Esa costura serpenteante determina el orden y la presencia de las diferentes perspectivas a contemplar. El paseo puede romper ese orden en un acto de rebeldía, pero también reseguirlo completando sus sugerencias. El Grand Tour, se presenta como un conjunto de senderos, un Gran Recorrido GR7, el tour de Los Tres Reinos, unas vacaciones a pie, un trekking por el Parque Natural de La Tinença, pero todos los casos y denominaciones ofrecen lo mismo, un único paseo, el personal.

Convirtamos el territorio en objeto estético y documento para la narración. La interpretación final de esta será un ejercicio personal de sensibilidad humana de orden estético y psicológico. Cada cual que recorra su relato.

Genius loci.

¿Dónde reconocemos el acento de una tierra ?.¿Debe ser una caracterización esquemática consensuada? ¿Tal vez un fragmento emocional? ¿El primero que se despertó en nosotros?

Transformar la perplejidad que producen los fenómenos geográficos convirtiéndolos en información e integrándolos en nuestras propias referencias, gustos, decisiones, análisis, etc, es metaexperiencia. El metarrelato es el espíritu del lugar.

“Cada paisaje es una serie de motivos para el espíritu. Es como una sinfonía escrita, para el que la entienda, poética, llena de interés; para el que no la entienda, nada”.

Pio Baroja

Ya he adelantado que en el siglo XVIII, se reinventó como la musa inspiradora del arte romántico y que ahora andamos desesperados por etiquetar. Luego, hay una grieta en la armadura. Buscar la quintaesencia, el genio del lugar, puede ser no solo inspirador si no también subversivo, incluso manipulador. Un nuevo estadio del capitalismo basado en la mercantilización del tiempo, la cultura y la experiencia de vida.

Actualmente todo el mundo se afana en el negocio de envasar experiencias culturales y de estas el turismo es el ejemplo más claro de mercantilización. Thomas Cook, visionario y pionero, del siglo XIX, entre otras cosas, fue capaz de transformar el viaje cultural en experiencial y advirtió que triunfar exigía transformar la relación comprador-vendedor en otra de proveedor-usuario. La mercantilización y el acceso masivo (tecnología y paisajización) han derivado en una “teatralización y fabricación de experiencias evocadoras, uniformes y predecibles” Rifkin, J. (2000) La Era del Acceso.

No digo que lo anterior haya significado el fin, sino que la dirección de la adaptabilidad no siempre ha sido la oportuna. Facultar el acceso masivo a ciertos lugares los despoja de su rasgo extraordinario y acerca lo ordinario a lo salvaje -que no es lo mismo que alcanzar lo salvaje-.

Voyeur, flâneur, walker.

Me descubro dentro de estas tres figuras comunes a una misma actitud: la del mirón. Mirar es descubrir continuamente infinitos aspectos nuevos. Para lo cual hay que situarse en primer lugar, en la postura del simplemente mirar. El mirón protagoniza la narración desde su postura individualista añadiendo su espacio humano (su reto, su seguridad, su riesgo, su rechazo, etc).

La revelación gradual, paso a paso, pero también la sensación de anticipación, me permite captar el todo espacial, quien sabe si como inspiración o sorpresa. De hecho es difícil determinar, desde un punto de vista psicológico, qué aspecto del paisaje parece mayor, el que se contrapone a una amplia extensión de espacio o aquel que siendo relativamente pequeño, súbitamente encontramos al cambiar de escala. Ya veo El Peirón Trencat, ya aparece en el horizonte Morella.

La proximidad y la lejanía son el norte y sur mental del mirón y caminante. De hecho los objetos, según la posición del observador, se muestran o esconden, proporcionando riqueza al espacio. La encrucijada es otro lugar común, otro hito en el que detenerse, un punto fisico – temporal donde emoción y vigilancia conectan.

El Grand Tour será observación pero también movimiento, y la acción de ambos, conscientemente organizada o no, el combustible de emociones y comportamientos. Una nueva cartografía de carácter exclusivamente visual. 

Ruina sublime y bella.

Indudablemente el territorio del Grand Tour es el resultado, por acción u omisión, de la actividad humana como respuesta a las necesidades históricas (sociales, económicas, culturales) y su adaptación al medio. Estas se han ido sucediendo por turnos a lo largo de los siglos hasta el momento actual generando un discurso de transformación y también de identidad. 

En el aparecen constantemente conceptos como vestigio, memoria, restauración, monumento, tiempo pasado, ruina, que dan idea de la batalla ante las fuerzas de la degradación y la conciencia de lo perdido. Que las ruinas invitan e inspiran sigue siendo una máxima en la contemplación y elemento destacado en el estado de ánimo. Su forma de aparecer, su presencia y el poder de aniquilación que evocan, las descontextualiza de lo corriente y les confiere el mérito de lo insólito, de lo bello y lo sublime.

Conectando paisaje y emoción.

Las coordenadas del mapa para este Tour son límites psycogeográficos. Todo lugar será otra parte. ¿Para qué un rumbo en el mirar flâneur?. Un mirón del paisaje, toma edificios, carreteras y pueblos, relieves, como unidades base, pero luego mira más allá de ellos para tener la idea, la atmósfera distintiva de un lugar y lo esencial, para crear un paisaje atemporal.

 Y ahora a seguir paseando. Es divinamente hermoso y bueno, sencillo y antiquísimo, ir a pie. Suponiendo que zapatos y botas estén en condiciones” 

Walser, R. El Paseo (Biel, Suiza 1878-1956)

Consulta tu inquietud y tu agenda y emprende tu Grand Tour personal. Aunque no alcances a ver o entender la totalidad crea tu realidad aparente, tu relato. Entro en Morella por el portal de San Mateo.

• Fechas: 15-22/10.
• Alojamiento: hotel**, casa rural, refugio 1 noche. Media pensión + picnics.
• Dificultad: B moderado. Trekking de alojamiento a alojamiento, excepto 2º y 6º días.
• Mochila: Simplemente las cosas del día.
• Escenarios: media montaña, bosque mediterráneo, riqueza geológica y acción erosiva del agua. Historia pasada y cercana.
• Precio: € 595/pp. Compartiendo habitación doble. Descuento para parejas.

Interesados más info en Els Ports-The Three Kingdoms Trail y consultando en:

ignacio@theeyeisdelighted.com